domingo, 2 de noviembre de 2008

Vital y esencial para nuestra vida, cuidalo.


Cada vez que respiramos, además de oxígeno y nitrógeno gaseosos, nuestros pulmones inhalan otras sustancias y partículas originadas de la contaminación de automóviles, industrias, construcción u otros factores relacionados con la actividad humana. Estos contaminantes involucran a la calidad del aire y tienen efectos mlignos para nuestro medio ambiente y nuestra salud. Es un tema al que sólo se le ha empezado a prestar suficiente atención en los últimos años.

Según imformes los peores contaminantes, son las partículas en suspensión (polvo fino) y el ozono troposférico, que se encuentra en las capas bajas de la atmósfera (entre los 0 y los 17 kilómetros). Se sabe que la exposición a estos contaminantes puede traer consecuencias que van desde leves efectos en el sistema respiratorio hasta mortalidad.

El ozono se genera a partir de la reacción de otros contaminantes, los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles (centenares de sustancias como el metano, el benceno, el formaldehído o disolventes, emitidos por la industria y los automóviles). Como se forma por reacción fotoquímica, los mayores niveles de contaminación por ozono se registran en días soleados.
En cuanto a las partículas en suspensión, incluyen las miles y miles de partículas sólidas (de polvo, hollín, polen, cadmio...) y gotitas de sustancias químicas (ácido sulfúrico, petróleo, dioxinas, plaguicidas...) suspendidas en el aire. Provienen directamente de alguna fuente contaminante, como los coches o la construcción, o son partículas secundarias a partir de gases como el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno y el amoniaco.

Se sabe que aquellos contaminantes que afectan a las personas, son las partículas en suspensión (PM) y el ozono. Su peligrosidad se encuentra en relación con su tamaño: cuanto más pequeñas son, más facilidad tienen para penetrar en el organismo del humano. Las partículas con un diámetro de menos de 10 micrómetros, pueden penetrar en la parte superior del tracto respiratorio, y las partículas de menos de 2,5 micrómetros, o PM2,5, pueden llegar hasta los pulmones, por lo que son potencialmente más peligrosas.
Se sabe que la exposición crónica a las partículas aumenta el riesgo de generar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de cáncer de pulmón. Por su parte, el ozono de las capas bajas de la atmósfera puede causar problemas respiratorios, ataques de asma, reducción de la función pulmonar y causar enfermedades pulmonares.


Nuestro aire se encuentra en riesgo, nosotros también, es nuestro aire, el que respiramos dia a dia y es esencial para nuestra vida, por eso protégete, y cuidalo, no seas tu el causante de que nuestro aire, ya no sea sano y puro.

Romina

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